Martes, 16 Abril 2024
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    • Escuela Gestalt Viva

      "Escuela Claudio Naranjo Argentina" Formación Internacional.

    • Gestalt, Atención y Vínculos II

      Noviembre 2020, con Joan Garriga

    • Eneagrama. Psicología de los eneatipos

 

El Eneagrama es un antiguo, sutil y complejo mapa del carácter, usado ancestralmente por los maestros sufis, hoy traducido y complejizado por su principal investigador el Dr. Naranjo. En el Mandala-Eneagrama, Claudio Naranjo encontró un modelo altamente integrativo y didáctico, para ordenar la complejidad de los fragmentarios y discontinuos saberes sobre la personalidad , la llamó "Psicología de los eneatipos" y es una síntesis y continuación de lo iniciado por Freud, Abraham, Jung,W. Reich y R. Cattell entre otros.

 

¿Sabes que es el ENEAGRAMA o la Psicologia de los eneatipos, como lo bautizo Claudio Naranjo?

 

Es un mapa ancestral que aplicado al estudio de la personalidad, resulta una aguda y potente herramienta de autoconocimiento, cambio de posición subjetiva o transformación personal.

La idea central y el desafío de este trabajo es que, en vez de abordar o comprender nuestros distintos problemas o síntomas aisladamente o en forma inconexa, encontrar esos núcleos de nuestra personalidad (carácter) que los generan, perpetúan y enlazan, para progresivamente abrir al proceso de autoconocimiento, despertando el impulso al cambio y la apropiación de tu potencial. Lo utilizamos para poder desplegar o conocer quienes somos en profundidad, desidentificándonos en cierta medida de nuestro ego o neurosis caracterial. Este modelo entiende al ego o falso self compuesto por la predominancia de una emoción negativa, motivación deficitaria o “pasión dominante” y una rigidez cognitiva o “fijación” que distorsiona la propia manera de ver la realidad, cristalizando y retroalimentando a su vez la emoción carencial.

 

Objetivo

Todos tenemos un gran potencial, pero en algún momento, muchas veces en la infancia o adolescencia, nos faltó tierra, abono, o que nos dieran lo necesario para seguir despegando, entonces nos quedamos congelados en ese estadío, pegados a la máscara. A menudo tenemos registro de algunos momentos de mucha plenitud en nuestra vida, pero si aumentamos la auto observación, el autoanálisis y autoconocimiento, podemos detectar como hay un fondo de insatisfacción que hace que ese momento dure muy poco y se vuelva fugaz.  La idea de este trabajo es desencadenar de vuelta el proceso de autosanación, autoregeneración y ahí cada carácter es diferente.

Conocer el propio carácter, esa parte de nuestra persona que genera sin cesar, con mayor o menor conciencia en nuestra experiencia, una repetición que no nos satisface, volviéndonos en más oportunidades de las que sentiríamos comprensible, ansiosos, distantes, inseguros, agresivos, dependientes, enojados, confortablemente adormecidos u obligados a sostener lugares de omnipotencia, críticos o perfeccionistas, fingiendo ser algo que no somos, restringiendo la forma de vincularnos con los demás y con nosotros mismas, nuestra creatividad, posibilidad de disfrute, o de trabajo y de logros, etc.

hay que ir destrabando ese crecimiento que quedó cristalizado y empezar a ver dónde está el problema y empezar a trabajar con antídotos para balancear el sistema, y ahí se desencadena sólo un proceso, cuando uno da en el blanco de algo que es nodal para la personalidad y trabaja eso, es muy sorpresivo para la persona lo que pasa, todo lo que viene es una catarata, un montón de efectos que la persona ni había planeado, pero es un efecto dominó que se desencadena.

 

Método

A través de una presentación teórico vivencial se recorrerán los diferentes puntos del mapa facilitando la descripción y la comprensión de los caracteres allí expuestos, usando multirecursos terapéuticos, gestalt, psicodrama, multiplicación dramática, teatro terapéutico, trabajo corporal, meditación, en contexto grupal y favoreciendo así el proceso de autoreconocimiento y progresiva toma de conciencia de nuestras corazas caracteriales.

 

Iniciar un viaje exploratorio en la propia configuración defensiva, que sabemos guarda una relación con nuestra antigua estrategia infantil, que en algún momento comenzó a cristalizar para sobrevivir a lo doloroso de nuestro primer entorno relacional, condicionado este a su vez por un guion familiar, a veces transgeneracional, de implicancias identificaciones cortes y exclusiones con nuestra actual “forma de ser” o funcionar interpersonalmente.